.
No pedir jamás al lenguaje que realice un esfuerzo
desproporcionado a su capacidad natural, no forzarlo,
en cualquier caso, a dar lo máximo que posee.
Evitemos exigir demasiado a las palabras, por miedo de que,
extraviadas, no puedan ya cargar con el peso de un sentido.
E.M.Cioran (Rumanía 1911-Paris1995)
"Ese Maldito Yo"
Traducción de Rafael Panizo
.