La colina de tierra y de hojas encierra,
con su negra masa, tu viva mirada,
tu boca tiene el pliegue de una dulce cavidad
entre lejanas costas. Parece que juegues
en la enorme colina y bajo la celeste claridad:
para complacerme, renuevas el antiguo paisaje
y lo vuelves mas puro.
Pero vives en otra parte.
Tú no eres sino una dulcísima nube, blanca,
enzarzada una noche entre ramas antiguas.


Cesare Pavese